Tuve una ponencia por la mañana y otra por la tarde y, a pesar de los nervios, salí muy satisfecho porque me pareció que les imprimí el ánimo y la confianza que necesitaban para creer en ellos mismos. Les conté mis experiencias cuando yo también estuve en desempleo, les hablé de la lotería de la vida, de cómo salir del barranco, del destino de cada uno, de la suerte, del éxito, del futuro... En definitiva, les hablé de prepararse...., para ganar.
Prepárate..., para ganar. Ése era el mensaje. Todos tenemos que prepararnos para aquello que deseamos: estudios, proyectos, campeonatos deportivos y hasta para dar una conferencia. Sí, claro que sí. Yo me tuve que preparar la conferencia. Desde el momento en que me invitaron a participar, empecé a prepararme analizando el grupo de gente al que iría dirigido, el mensaje que necesitaban, las ideas a transmitir, la forma de transmitirlo, mi preparación personal, el control de los nervios, la forma de contagiar mi optimismo, el ánimo, la confianza... Y salí contento de allí, porque vi a la gente satisfecha. Había conseguido mi propósito. Me había preparado para ganar, pero para ganar el ánimo, el aliento, la confianza y el optimismo de aquellos que asistieron a mi conferencia y que necesitaban recuperar aquello que había quedado dormido. Mi ganancia estaba en ellos.
La vida es una continua preparación para cualquier cosa, una preparación para ganar, y no en el sentido competitivo, sino para triunfar tú contigo mismo y superarte, conociendo tus capacidades y mejorándolas, subiendo uno y otro escalón, demostrándote cada día el poder que tienes solamente con querer. El poder que tienes simplemente con compartir, dar, ofrecer y transmitir...
Hay que prepararse para ganar, porque ganar es ponerse, ganar es intentarlo, ganar es levantarse, ganar es dar un paso detrás de otro, ganar es luchar por un objetivo, ganar es confiar en uno mismo, ganar es buscar soluciones, ganar es querer mejorar cada día, ganar es ése afán de superación que lleva la fuerza, el entusiasmo y la energía que deja huella y que nos conduce directamente al podio de los triunfadores. Porque todo lo demás es perder.
Pero para eso hacen falta ganas, coraje, deseo, valentía. ¿De verdad quieres? Pues si quieres, puedes. ¡Claro que sí! No te estoy diciendo nada que yo me esté inventando. Mis diferentes experiencias me han demostrado esta verdad. Pero vuelvo a repetírtelo, para ello hacen falta ganas, coraje, deseo, valentía y..., ponerse a trabajar.
¡Prepárate para ganar y ganarás! Si QUIERES llegar, llegarás. ¿Tienes ganas, coraje, deseo, valentía y confías en ti mismo? Pues si no lo tienes, búscalo, arrímate a quien lo tenga, pide ayuda, consejo, lánzate a por ello, levántate, respira hondo, prepárate y fíjate en aquellos que han logrado sacar grandes frutos de una sola semilla, la constancia. (Interesante leer este libro: Aprendiendo de los mejores)
¿Te has fijado en los deportistas? ¿Cuánto tiempo les lleva preparar una carrera? ¿Cuánto esfuerzo les supone estar en forma? ¿Por qué tienen que entrenar a diario? Pero para ello hay que tener ganas, coraje, deseo, valentía y confiar en su propia capacidad. Si quieres, puedes. Pero para ello hace falta QUERER.
Como decía en la conferencia, ¿crees que Rafael Nadal es campeón del mundo por suerte?
¡Prepárate cada día! El futuro se construye en el presente. Hoy mismo.
EN ESTE VÍDEO TENÉIS MI CONFERENCIA
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